Hablando del contexto literario del libro, el Éxodo para los hebreos era considerado una parte de la unidad llamada “Torah”. Esta significa “ley” o “instrucción”. Los cristianos hoy lo llamamos Pentateuco, que significa “obra/libro en cinco partes”. Proveniente del griego pente=cinco, y téukhos=caja, haciendo referencia al lugar donde eran guardados los royos. Esto nos hace ver que no se puede separar a Éxodo del Pentateuco.
Al ser la Torah la parte más importante de todas las Escrituras hebreas, el Éxodo cobra un sentido mayor de importancia para el estudio, la comprensión y la meditación.
Por consiguiente, con el resto de la Biblia posee un vínculo importante. Es citado un sin número de veces por los autores bíblicos. Y más, no posee casi paralelos, aun cuando fuera usado por los demás escritores de la Biblia. Hay por lo menos unas 149 referencias o alusiones al Éxodo en el Nuevo Testamento. Y no solo citados sino que los temas y el vocabulario del Éxodo son usados son intensidad. En el Antiguo testamento los que más utilizan al Éxodo son los Salmos e Isaías, por ser libros más extensos y por la temática que abordan en ellos.[1] Y principalmente, es usado como modelo literario para el Apocalipsis, donde se produce la revelación de Dios mas grande de las escrituras, y la liberación definitiva de los “hijos de Dios”.[2]
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